Salud
Alcaucil, la flor más saludable. ¡Conocé sus increíbles beneficios!
Lo conocemos como alcaucil, pero también, se lo suele llamar alcachofa. Tiene un sabor amargo muy particular y único que lo hace tener amantes y críticos. Pero son tan importantes los beneficios que trae su consumo, que se recomienda encontrar la manera de adaptarse a comerlo.
Muchos lo tienen incorporado a sus dietas por costumbre o herencia, ya que es un clásico de la cocina italiana, especialmente, las preparaciones con el corazón del alcaucil, la parte más tierna y sabrosa. Hasta el Cynar (tradicional bitter italiano) está hecho a base de alcaucil.
Sus principales componentes son la cinarina (que le da su sabor amargo), taninos, vitaminas A, B y C, sales minerales (como potasio y magnesio), proteínas y mucha fibra.
¿Cuáles son entonces las propiedades del alcaucil?
– es descongestivo y desintoxicante hepático (tiene un efecto regenerador del hígado)
– ayuda a la digestión y alivia la acidez
– es diurético (disminuye la retención de líquidos)
– está indicado para el tratamiento del reumatismo, artritis y gota; previene la aterosclerosis
– reduce la glucosa en sangre
– ayuda a disminuir el colesterol y prevenir enfermedades cardíacas
– tiene efecto saciante y por la gran cantidad de fibra que tiene, favorece el tránsito intestinal
– escaso aporte energético (sólo 49 calorías por cada 100 gramos)
– y un gran afrodisíaco
¿Qué se come del alcaucil? Se llama alcaucil a toda la planta, pero solemos reconocer de ella su flor, que se vende para consumo. Se come la parte más carnosa de cada “hoja” y la parte interior, que se conoce como el corazón. Se recomienda cortar las puntas de las hojas porque suelen ser duras y el tallo hay que cortarlo lo más posible.
¿Cómo se cocina? Hay que lavarlo bien con agua fría y se recomienda hervirlo al vapor para que no pierda sus nutrientes. Si bien depende del tamaño o si se lo hierve entero o al medio, lleva bastante tiempo de cocción (25 o 30 minutos aproximadamente). Además, se lo puede cocinar al horno (¡relleno es exquisito!), a la plancha o asado. Es un clásico comerlo mojando hoja por hoja en una vinagreta. Aunque también se lo puede encontrar en conservas, en guisos o en preparaciones (como parte de una tarta o de ensaladas).
Hace muy bien y es delicioso, ¡cómo no intentarlo! ¡A probar!