Alimentación: Cuando “el paquete” reina en la dieta
Salud

Alimentación: Cuando “el paquete” reina en la dieta

Que tenemos poco tiempo, que “es lo único que come”, que es muy rico… Los “alimentos de paquete” son cada vez más frecuentes en esta época que vivimos y sobre todo, en los más chiquitos, donde las consecuencias en la salud pueden ser graves.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte en un informe, que este tipo de alimentos en la Argentina aportan más de un cuarto de la energía diaria recomendada (casi 500 kilocalorías por día). ¿Los más consumido? Galletitas y gaseosas.

¿A qué otros alimentos se refieren?

  • Caramelos.
  • Snacks dulces y salados.
  • Tortas, pasteles y postres de paquete; panes industriales.
  • Jugos y bebidas endulzados.
  • Salsas y aderezos.
  • Barritas de cereales.
  • Helados.

En los adultos es muy importante evitar los “alimentos de góndola”, pero más preocupante es el creciente consumo en los más chiquitos. La Lic. Micaela Remuzzi (MN 8425 MP 3722) del staff de DIM Centros de Salud nos cuenta al respecto: “Basar nuestra alimentación en productos con azúcar, jarabes y fructosa está provocando no solo una creciente de sobrepeso y obesidad infantil, sino también, patologías que antes no eran tan comunes en los más chicos, como por ejemplo, hipertensión arterial, hígado graso y diabetes”.

Recurrir a estos alimentos es muy riesgoso para la salud porque no sabemos qué estamos ingiriendo realmente: “Es muy importante evitar alimentos enlatados ya que su contenido en sodio es muy elevado y los nutrientes no se conservan de igual manera que un producto fresco. Además es más económico comprar un alimento fresco”.

En septiembre pasado se presentaron los resultados de la 2da Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada por la Secretaria de Salud de la Nación y los resultados fueron contundentes: los niños, niñas y adolescentes comen peor que los adultos y 4 de cada 10 tienen sobrepeso u obesidad. Los resultados muestran que los más pequeños consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y galletitas dulces, el doble de snacks y el triple de golosinas respecto de los adultos.

 

¿El patrón de conducta alimenticia?

– mayor consumo de alimentos ultraprocesados.

– menos consumo de productos frescos y preparados en el hogar.

– niveles decrecientes de actividad física.

 

¿La recomendación más importante? Advertir su consumo, y controlar a los más chiquitos. ¿Cómo? Destinando tiempo en nuestra alimentación. Como dice la Lic. Remuzzi: “Invertir tiempo en la cocina y preparar alimentos caseros es invertir en salud”.