Salud
Harinas: ¿se pueden eliminar de la dieta?
Cuando planificamos dejar de consumir harina, pensamos que es algo prácticamente imposible. La harina blanca está en todos los alimentos que nos sacan del apuro; y en todos los platos que solemos comer en reuniones sociales. Pero superando esas tentaciones y con voluntad, nuestro cuerpo va a experimentar un bienestar muy marcado. ¿Qué debemos tener en cuenta?
Si no tenemos una necesidad concreta por un tema de salud, como puede exigir la celiaquía o la diabetes (la ingesta de harina aumenta el azúcar en sangre) por ejemplo, dejar las harinas es también una opción muy válida si queremos vernos y sentirnos mejor. ¿Por qué? Porque comer alimentos con harina blanca (la más procesada) suele hincharnos, traernos malestares digestivos y también, sumar kilos con mucha facilidad.
Es importante, si se las logra suprimir por completo, reforzar con la consulta nutricional a un profesional porque la glucosa que genera nuestro cuerpo cuando ingerimos hidratos de carbono es necesaria para tener energía, pero es reemplazable comiendo frutas, verduras y ciertos alimentos que nos ayuden a crearla. Es muy importante que si tomamos una decisión así, complementemos nuestra dieta con alimentos que sean saludables, en lo posible preparados por nosotros, y elaborados con productos de calidad.
Y si a pesar de todas estas recomendaciones no podés dejar la harina por completo, reemplazala por harinas integrales. Hay vida sin harina, ¡aunque no lo creas! Existen muchas opciones ricas y nutritivas que podés incorporar en una dieta.Para el desayuno o merienda, una buena porción de cereales, té, frutos secos, queso, fruta fresca, jugos o licuados. Para las comidas principales: ensaladas de todo tipo acompañadas con tofu o pollo, arroz, verduras al vapor, galletas de arroz con queso crema, pescado, carne, salsas, sopas. Para postres: fruta, gelatina, frutos secos.
En nuestra sección de Recetas podés encontrar algunas opciones sin harina, ¡animate! http://www.hileret.com.ar/recetas.php