Son una variante para alcanzar las 5 porciones diarias de frutas y verduras que recomiendan los especialistas. Desde remolacha y zanahoria, hasta pera y kale: combinaciones que no fallan y cómo incorporarlos correctamente a nuestra alimentación.

 

Algunas veces por no tener variedad en casa, otras tantas por no tenerlas presentes como la primera opción o, simplemente, por no haber incorporado hábitos saludables a lo largo de nuestra vida. Esos son sólo algunos de los motivos por los cuales no llegamos a cubrir las 5 porciones diarias de frutas y verduras que recomienda la Organización Mundial de la Salud. De hecho, de acuerdo a los últimos relevamientos, se estima que sólo el 6% de los argentinos alcanza esa cantidad.

 

Así como las aguas saborizadas o los smoothies nos permiten hidratarnos y cuidar nuestro cuerpo, los jugos naturales son otra de las múltiples variantes que tenemos para alcanzar esas 5 porciones diarias… Y dejar de lado las excusas. Para muchos, estos jugos son más fáciles y más rápidos de ingerir que las frutas y verduras enteras, y a veces “jugar” con las combinaciones nos puede resultar más sabrosas que si los comemos solos.

 

Sin embargo, si bien es una estrategia que nos va a permitir consumir frutas y verduras de una manera distinta, es importante tener en cuenta que no es una opción para consumir más cantidad, sino una variante más para sumar variedad. “Además, hay que tener en cuenta que si uno usa una juguera, la pulpa -lo que contiene la fibra- y los nutrientes que están en la cáscara se pierden. Si en cambio utilizamos la licuadora y no lo colamos, vamos a poder obtener más de los beneficios que nos dan las frutas y verduras”, explica la nutricionista Paola Aira (MN 7807).

 

En ese sentido, la nutricionista aclara: “Por ejemplo, si uno quiere comer una manzana, siempre es preferible sentarse, cortarla, comer la cáscara y masticarla. En definitiva, dedicarle cierto tiempo y así sumar sus nutrientes, que hacer un jugo con las 5 frutas y verduras de todo el día”.

 

A la hora de elegir nuestras combinaciones, es importante entender que cada vegetal colabora de diferentes maneras para la salud. Algunos fortalecen el cuerpo, otros aportan energía, son fuente de vitaminas, minerales y fibra alimentaria, por nombrar algunos ejemplos. La clave es poder ingerir una gran variedad a lo largo del día, para asegurarnos que incorporamos diferentes nutrientes al cuerpo. En ese sentido, los colores son una buena forma de identificar qué nos van a aportar:

– Naranja: cítricos como el pomelo, la mandarina y -por supuesto- la naranja, forman parte de este grupo. Pero también están la zanahoria, el mango, el durazno, el pelón y la calabaza. Son alimentos ricos en betacarotenos y vitamina C.

-Amarillo: los alimentos de este color -como el limón o el melón- tienen una gran cantidad de vitamina C, ácido fólico, fibras, potasio y magnesio.

– Rojo: este grupo está conformado por las frutillas, los arándanos, el morrón rojo, la manzana, el tomate, la cereza y la sandía. Contienen una buena cantidad de vitamina C y magnesio.

– Verde: la mayoría de los vegetales son de este color. Este grupo abarca desde la lechuga, la palta, el pepino o el morrón, hasta la espinaca, el brócoli, el kale, los zapallitos o el zucchini. Comer verde nos aporta una buena cantidad de vitaminas (especialmente A y C), minerales como el magnesio, así como también potasio y fibra.

– Blanco: dentro de este grupo se encuentran el ajo, la cebolla, el coliflor, los champiñones, la banana y la pera. Son ricos en fibras, potasio y vitamina C.

-Violeta: las frutas y verduras de este color como las ciruelas, las moras, las uvas, las berenjenas y la remolacha tienen acción antioxidante.

 

Ahora que ya sabemos identificar a cada uno, sólo es cuestión de pensar mezclas que nos gusten. ¿Combinaciones que no fallan? Remolacha y zanahoria; pera y kale; rabanito, manzana y zanahoria. Y si buscás sumar más cítricos, no te pierdas esta Citricada con menta y jengibre de la mano de Juliana López May.