Salud
La sal, ese enemigo silencioso
Solemos tener en claro lo nocivo que es el consumo de azúcar para nuestra salud. Pero la sal, y su control en la alimentación, están asociados sólo a los regímenes para hipertensos o cardíacos. Y no es totalmente así. Debemos tomar consciencia de que la ingesta excesiva de sal es mucho más peligrosa para nuestra salud de lo que realmente sabemos.
Es un hecho comprobado que el exceso de consumo de sal en el tiempo, predispone al inicio de la hipertensión arterial y aumenta el riesgo cardiovascular. ¿Qué tener en cuanta y cómo controlarla? Para responder esto, el Dr. Miguel Carlos Sangiovanni, Máster en Hipertensión Arterial y y Mecánica Vascular (M.N. 78.412 – M.P. 222789) del staff del Centro de Diagnóstico DIM, advierte: “El cambio de hábitos y su concientización es la clave. Cambiar el paladar y echar mano de infinidad de condimentos, limón y especias hace que la transición sea menos compleja para quienes están acostumbrados a ingerir sal en exceso. De esta manera, además, nos daremos la oportunidad de descubrir “nuevos sabores” hasta ahora enmascarados por el consumo de sal”.
Algunos tips para consumir menos sal:
- no poner el salero en la mesa, no salar sin antes probar.
- evitar el consumo en niños y hablarles de lo perjudicial que es para la salud. Prevenir desde la infancia es clave.
- reconocer los alimentos bajos en sodio leyendo las etiquetas (cada 100 gr del producto debe tener menos de 120 de sodio).
- no consumir más de una cuchara -de té- de sal por día (menos de 5 gramos, indicado por la OMS). Se suele consumir el doble.
La OMS también advierte sobre el consumo de sal que proviene de alimentos elaborados, ya sea porque suelen ser ricos en sal como platos preparados, carnes procesadas como el tocino, el jamón y el salame, quesos, snacks salados, fideos instantáneos, etc. O porque se consumen grandes cantidades como el pan y los productos de cereales elaborados. También, se recomienda especial atención a los alimentos que se salan durante la cocción con cubitos de caldo, salsa de soja, salsa de pescado o sal de mesa.
La propuesta es aprender a vivir mejor. Consciencia y apertura a los cambios de hábito. Comer más frutas y verduras, advertir los excesos y entrenar a nuestras papilas gustativas para que reconozcan y disfruten nuevos y diversos sabores. ¡Ganamos salud, ganamos placer!
Agradecemos a DIM Centros de Diagnóstico por la colaboración en la nota.