Las claves para un buen dormir
Salud

Las claves para un buen dormir

¿Sabías que a veces es más importante la calidad del descanso que la cantidad de horas destinadas a dormir? Consejos para lograrlo.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada persona adulta debe dormir entre 7 y 9 horas al día. Pero más allá de esos números, la clave de esa recomendación radica en la calidad del sueño: dormir bien es fundamental para afrontar con energía las actividades del día a día.

Sin embargo, muchas veces sólo basta con apoyar la cabeza en la almohada para que, casi automáticamente, se cruce una ráfaga de pensamientos: desde las tareas que nos quedaron pendientes en el trabajo, hasta cómo adaptar nuestra rutina a los nuevos horarios del colegio de los chicos y un sinfín de etcéteras que nos generan ansiedad o nervios. Así es como la dificultad para conciliar el sueño se convierte en una postal fija de cada noche.

Pero, ¿cómo llegamos a esa situación? Como decíamos anteriormente, la respuesta a esta pregunta está en los malos hábitos de sueño. Si bien a veces no es posible controlar el cien por ciento de los factores que interfieren en el sueño, sí se pueden adoptar hábitos que fomenten una mejor calidad del mismo. Algunos consejos simples para comenzar:

-Prestar atención a la alimentación: El consejo principal es buscar el equilibrio y no irse la cama con hambre, pero tampoco muy llenos. Para lograrlo, además de crear un orden y una rutina en la alimentación y regular las porciones, es muy importante evitar las comidas pesadas o muy abundantes un par de horas antes de acostarte. También es clave controlar los estimulantes como la nicotina, el alcohol y evitar tomar bebidas que contengan cafeína -gaseosas o bebidas cola, energizantes y café- a partir de la tarde, ya que pueden afectar el inicio del sueño.

– Aplicar la regla de los 30 minutos: Si pasamos más de 30 minutos acostado sin poder dormir, la recomendación de los especialistas es levantarse, ir a otra habitación y realizar una actividad tranquila, placentera y que no nos active. ¿Ejemplo? Leer un libro con luz tenue, darse una ducha, hacer ejercicios de respiración y estiramiento.

– Crear una “rutina de sueño”: Siempre que se pueda, adoptar horarios regulares de sueño nos va a ayudar a ordenar el descanso. Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, nos va a permitir que la diferencia en las horas de sueño entre las noches de los días de semana y las de los fines de semana no sea superior a una hora.

– Crear un entorno relajado: ¿Cómo imaginamos una habitación ideal para dormir? En líneas generales, esto significa una habitación fresca, en silencio y oscura, ya que la exposición a la luz puede hacer que resulte más difícil quedarse dormido. Hacer actividades relajantes antes de la hora de acostarte, como tomar un baño o usar técnicas de relajación, también ayudan a promover un mejor sueño.

– Entender que la cama es para dormir: Es muy importante ser conscientes de que no es el espacio para chequear las notificaciones de Instagram, entrar al home banking antes de dormirse o hacer de la televisión un entretenimiento fijo. La recomendación es evitar encender pantallas, jugar o conectarse a redes sociales. En definitiva, sumar hábitos cotidianos que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida, tanto de día como de noche.