“La marca personal es la huella que dejamos en los demás por ser quiénes somos y hacer lo que hacemos”

Dani Dini (@danidini) es periodista, speaker y especialista en personal branding. A través de “Misión Marca Personal” -el programa que va por su 20° edición y en el cual guió a más de 200 personas- ayuda a reconocer, potenciar y expandir esa marca que nos hace únicos. La importancia del autoconocimiento para mostrarnos al mundo.

 

El comienzo del año suele ser una hoja en blanco. Es un momento del año que nos da “aire fresco” para replantear qué queremos o qué buscamos. ¿Cómo lo ves vos? ¿Sentís que es una etapa bisagra para marcar el futuro del año?

Es interesante porque está la idea de que el comienzo del año es un ‘empezar de nuevo’. Hay algo de renovación necesaria, de buscar dar vuelta la página y que el cambio de año sea un aire fresco para la rutina y así establecer nuevos objetivos, pero… Hay mucho de ilusión en eso y, a la vez, mucha presión. Dicen que solo un 10% de quienes se plantean propósitos de año nuevo, logran cumplirlos (y que gran parte de ese entusiasmo inicial, se diluye en febrero). En lo personal, creo que es importante hacer ciertos balances, tener conciencia y registro de qué logramos hasta acá, qué queremos y darnos el tiempo para diseñar cómo alcanzar eso nuevo que soñamos.

 

Y así quitarle un poco la presión al comienzo de año…

Es interesante hacer este ejercicio no una vez al año, sino varias. Darnos un ratito cada tanto para tomarnos un café con nosotros mismos es una práctica personal poderosa que nos saca del automático. Si sentís que el comienzo del año te da ese impulso, aprovechalo, pero que no sea el único momento, y cuando bajes esos objetivos, mi recomendación es que diseñes, planifiques, establezcas cómo vas a medir tu progreso a lo largo del año. Lo que no planificamos ni medimos, termina diluyéndose.

 

Solés decir que desarrollar la marca personal “no es una oportunidad, sino una responsabilidad” con nosotros mismos. ¿Por qué?

La marca personal, en su definición más simple y rasa, es la huella que dejamos en los demás por ser quiénes somos y hacer lo que hacemos. No siempre lo tenemos presente, pero la realidad es que nunca no dejamos huella: dejar huella o marca en los otros, es inevitable porque vivimos en sociedad, siempre hay un impacto en un otro por el sólo hecho de existir. Entonces, si hacemos esto consciente, viene una nueva pregunta, y es ¿qué huella estoy dejando? Y esa huella, ¿está a la altura del talento que traigo? Parto de la creencia de que todos tenemos talentos y dones propios que hay que ponerlos al servicio del mundo (y no es una idea solamente mía ni de ahora: ya los hindúes hace más de 5000 años al hablar del dharma, se referían a esto, y en muchas otras culturas esta creencia persiste). De ahí la responsabilidad propia: si traigo un don, tengo que hacerme responsable por él y encontrar la forma de brindarlo al mundo. Es una responsabilidad y un compromiso.

 

¿Por qué creés que es tan importante el “autoconocimiento” para mostrarnos al mundo?

Te lo puedo responder desde dos miradas diferentes. Desde el branding mismo, si hago una campaña publicitaria, no puedo salir a ‘promocionar’ algo que no conozco: en marketing hay que conocer a fondo el producto para poder salir a comunicarlo después, y eso resulta lógico aunque no entiendas mucho de marketing, ¿no? Las personas no somos productos -nada más alejado de eso-, pero es interesante que esa regla aplica cuando hablamos de marca personal. Y ese trabajo empieza con conocer quién soy, con hacerme cargo de quién soy. Creo que el del autoconocimiento es un camino que nos lleva toda la vida, y que un poco la vida es eso: el desafío de venir a descubrir quiénes somos y cuál es nuestro potencial.

 

¿Y qué nos hace únicos?

Creo firmemente que todos tenemos algo que nos hace únicos. Puede haber muchos periodistas, médicos, abogados, coaches, o personas de la profesión u oficio que elijas, pero sólo hay una persona como vos, única e irrepetible, y lo que hagas siempre estará teñido por esa singularidad. No hay una persona igual a otra en el universo entero -y acá también cito a la cultura india-. El punto es si estás haciéndote cargo de eso, algo que implica bucear en las profundidades y conocer quién sos. Y esto es, conocerte en tus luces y en tus sombras, ahí está el desafío. Por eso muchas veces es incómodo, y resulta aparentemente más fácil vivir en el automático de camuflar quiénes somos, buscar parecernos a otros como si siguiéramos un manual.

 

¿Cuáles son las claves para detectarlo y poder explotar al máximo ese diferencial?

Encontrar cuál es nuestra singularidad es un proceso que se puede trabajar, y que es, ante todo, de autoconocimiento. Creo que las claves están en darnos el espacio regular de revisarnos, desafiarnos y, palabra mágica: comprometernos.

 

¿Qué te llamó más la atención de todas las personas que participaron de Misión Marca Personal? ¿Cuál fue el hilo en común entre ellos o qué buscaban?

Mi formación es como comunicadora y antes de Misión Marca Personal, había dado muchos cursos sobre comunicación en redes sociales, y tenía la idea de que la gente iba a acercarse ante todo por eso. Lo interesante fue que la mayoría vinieron buscando algo más profundo, más conectado con reencontrarse consigo mismos. Algunos lo expresaban en el cuestionario previo que les envío, otros quizá no, pero al final del proceso, en las encuestas post curso, el módulo que más impacta, es el de autoconocimiento. Pasaron más de 200 personas de profesiones de lo más diversas, de distintos lugares de Argentina y el mundo, de distintas edades… Pero el hilo conductor sigue siendo saber quiénes somos y qué tenemos para aportar al mundo. Hacer el espacio para reflexionar sobre eso y reencontrarnos con eso. Creo que es algo existencial del ser humano y que a muchos se nos intensificó con la pandemia. Si mañana se termina el mundo, ¿qué hice con mi vida, qué huella dejé?

 

¿Y qué pasa cuando el “autoboicot” dice presente? ¿Cómo se puede “volantear” a tiempo para evitar esto?

Cuando decía que el autoconocimiento es conocernos en nuestras luces y nuestras sombras, me refería también a esto del autoboicot. Cuando aparece esa vocecita interna que nos hace dudar: ‘no voy a poder’, o ‘quién soy yo para lograr tal cosa’, o ‘van a pesar que soy un/a creído/a’. En realidad no sé si se trata de volantear o esquivar esa voz, sino de escucharla, reconocerla, darle un lugar y después, desafiarla. No quedarme rumiando en la voz, sino indagar en qué información de mí mismo me trae. Si creo que no voy a poder lograr tal cosa, ¿porqué lo creo? A veces es porque siempre me dijeron que no podía, o porque yo me puse la etiqueta que era imposible para mí, o porque alguna experiencia pasada me marcó. Desafiarla implica mirar de frente ese miedo y animarse a ver más allá. Y después no es magia, es trabajo y compromiso: lo que viene es diseñar las creencias que necesito para ser quién quiero ser.

 

¿Cuál es tu “marca personal”? ¿Qué te describe o representa?

Me gusta decir que cuento historias, y creo que eso es transversal a todo lo que hago. Las cuento como periodista, buscando historias y personas que inspiran por quiénes son y por lo que hacen en mi podcast, ‘La Entrevista Inspiradora’, en mis notas y en mis posts en redes; y también acompaño a otros a encontrar la propia y a contarla de la mejor manera en los procesos de marca personal, en mis charlas, sesiones y talleres.

 

Después de más de 20 encuentros, ¿qué huella querés dejar entre quienes te buscan para encontrar su rumbo?

¡Qué hermosa pregunta! Creo que la huella que quiero dejar es la de ser alguien que acompaña a que más personas se encuentren con su mejor versión y que salgan a brindarla al mundo. Reafirmo ese compromiso edición a edición, y creo que es mi compromiso de vida. Es un privilegio poder acompañar a otros a encontrarse con el brillo propio. Me gratifica saber que si somos muchos brillando y trabajando en nosotros para sacar a la luz ese brillo, también podemos ser faro para otros.