Un repaso por todas las propiedades que aporta la segunda bebida más consumida en el mundo.

 

Los días fríos nos piden una taza humeante y calentita: y ahí es donde el té, la segunda bebida que más se consume en el mundo –después del agua– gana aún más protagonismo. Pero el consumo del té no sólo crece por ser rico y la infusión estrella en el invierno, sino también por sus múltiples propiedades para la salud.

 

La realidad es que el té es un alimento 100% natural y, si bien existen cientos de opciones, las propiedades del té se encuentran presentes en todas las variedades.

 

¿Cómo es eso? No importa si se trata de un té verde, un té negro o un té blanco, la clave radica en la planta del té: la Camellia sinensis. Entonces, sus beneficios se extienden a todos los tipos de té, más allá del proceso de elaboración que hayan atravesado.

 

El tiempo correcto de infusión también es clave para obtener un sabor -que no se vuelva demasiado astringente o amargo- y eso va a depender del tamaño de la hoja y cuan procesado esté. Cuánto más grande, va a requerir más tiempo de infusión.

 

A continuación, hacemos un repaso por las 5 propiedades más importantes del té:

• Tiene efecto antioxidante. Los polifenoles son sustancias propias del té que actúan en el cuerpo como antioxidantes.
• Aporta hidratación. El té contribuye a una buena hidratación para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Además, es una forma distinta de poder llegar al objetivo recomendado de tomar 2 litros de agua al día.
• Tiene efecto astringente. Los taninos presentes en el té le otorgan propiedades cicatrizantes y anti diarreicas.
• Aporta diferentes nutrientes. El té contiene gran cantidad de sustancias como sales y minerales muy beneficiosas para la salud, como hierro, flúor, calcio, zinc, potasio y magnesio.
• Tiene efecto relajante. La L-theanina es un aminoácido “antiestrés” que ayuda a relajarnos, a mantener el foco mental y la capacidad de concentración. Al mismo tiempo, permite que el cuerpo y el cerebro permanezcan calmados.

 

Sin embargo, si bien decíamos que todas sus propiedades provienen de la misma planta, la Camellia sinensis, algunos tipos de té tienen beneficios particulares, según los compuestos químicos que más predominan en ellos. ¿Cuáles son los que más destacan?

• El té verde. Todos los tipos de té tienen importantes beneficios, pero el té verde –una de las variedades más populares en el mundo– posee un mayor poder antioxidante.
• El té negro. Es uno de los tés que más se beben en Occidente y que podemos identificar por su color negro o amarronado en las hebras. Es ideal para consumirse antes de las comidas, ya que prepara el aparato digestivo para trabajar correctamente.
• El té blanco. Es el menos procesado de todos los tipos de té y se suele elaborar utilizando solamente los brotes y las primeras hojas, lo que le da un sabor delicado y dulce. Pero, ¿sabías que es conocido como “el té de la belleza”? Esto es porque se le atribuye propiedades antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres, responsables del proceso de degradación de las células.
• El té Matcha. Es un té verde en polvo que también comenzó a utilizarse mucho como ingrediente en la pastelería. Sus beneficios son mucho más efectivos que los de los demás: como sus hojas se presentan en polvo, para beberlo es necesario mezclarlo con agua. De esta manera, ingerimos la totalidad de sus componentes y no sólo los compuestos solubles que pasan a la infusión.