Fabiana Fondevila es escritora, periodista e investigadora de las tradiciones de sabiduría. Tiene una gran trayectoria en medios y ha escrito libros para grandes y chicos. También, brinda cursos, talleres y rituales en los que explora temáticas como el vínculo amoroso, la mitología personal, el universo simbólico y el vínculo con la naturaleza. Su último libro “Donde vive el asombro. Prácticas para cultivar lo sagrado en la vida cotidiana” propone “un mapa con nueve territorios fértiles en descubrimientos y desafíos”. En su blog La Usina Mística brinda “ideas e inspiración para espíritus inquietos”.

 

– Lo que necesitamos para descubrir nuestra “usina”.

– Descubrir qué cosas nos mueven, nos emocionan, nos sorprenden. Todos tenemos nuestra sensibilidad particular y nuestras afinidades. Para mí, la naturaleza, y también los vínculos cercanos, ¡son un camino seguro!

– La emoción a la que más le tememos.

– A la vergüenza, porque nos pone en contacto con nuestra vulnerabilidad, y con la sensación de no estar a la altura de lo que el mundo espera de nosotros. Lo importante es saber que todos la sentimos (porque somos seres profundamente sociales, y nos importa mucho ser queridos y aceptados), y que el mejor antídoto contra la vergüenza es admitir que la sentimos, y ofrecernos -a nosotros mismos- amor y comprensión.

– Ser conscientes en medio de tanto ruido, ¿es posible?

– ¡Claro que sí! Podríamos decir que cada día hay más personas tomando conciencia de la importancia de la solidaridad, el respeto por la naturaleza, la aceptación de la diversidad, la compasión hacia uno mismo. Por supuesto, también hay (siempre han habido, siempre habrán) fuerzas en contrario, pero cada corazón que se abre y se brinda generosamente a quienes lo rodean, sana un pedacito más de mundo. 

– La pregunta que más te resuena últimamente. 

– ¿A qué estrategias podríamos recurrir para escucharnos, entendernos y respetarnos más y mejor?

– ¿Qué te inspira?

– El amor en todas sus formas. Y el asombro, que es la respuesta del corazón al misterio que lo habita.

– ¿Por qué escribís?

– Porque es mi forma de dialogar con el mundo: preguntarle, interpelarlo, y, sobre todo, agradecerle.

– Las tres cosas/situaciones que más te conmueven.

– Los pájaros tejiendo sus nidos, los actos altruistas, la música de ciertos poemas.

– Eso que no deberíamos dejar de hacer es…

– En palabras de la gran poeta Mary Oliver: “Prestar atención. Rendirnos al asombro. Contarlo”.

– ¿Qué nos permite elegir?

– La libertad de conciencia. Pero elegir bien, creo yo, depende de estar conectados con las emociones transpersonales (el amor, la bondad, la compasión, la gratitud, el perdón), que son puro misterio, pura hondura.

– Las pequeñas cosas sirven para…

– Despertar a la belleza de la vida, y recordarnos disfrutarla a cada paso. Es fácil olvidarse, pero podemos recurrir a ciertos pequeños ritos -mirar al cielo, respirar hondo- para “recordarnos recordar”, y así volver, una y otra vez, a lo esencial.