Paola Bertiz Broll: “Lo importante de las fiestas es darle valor a los vínculos”
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Paola Bertiz Broll: “Lo importante de las fiestas es darle valor a los vínculos”

En un mes clave para las celebraciones familiares, @pao_mipsicologa –especialista en vínculos y autora de “Que sea mutuo o no sea nada”– nos comparte su mirada y sus consejos.

 

Más allá de la religión, ¿Por qué considerás que son importantes celebraciones como navidad o año nuevo?

Todas las celebraciones en general –día del padre, de la madre, del niño, del novio, etcétera– son fechas importantes para valorar los vínculos y a quienes nos rodean. Muchas veces la gente se queja porque creen que son fechas comerciales, pero considero que esa es una mirada negativa: la idea es obsequiar algo, pero algo pensado para esa persona. No es necesario que hagas una súper compra de un regalo, sino pensar en qué te hace acordar a esa persona, con qué lo relacionás, qué lo puede sorprender… No se trata de shopping o “reventar la tarjeta”.

 

Esa valoración de los vínculos es, en definitiva, lo que nos “mueve” tanto a nivel individual y colectivo.

Lo importante de las fiestas son los vínculos, darle valor a eso. Te pueden decir que todos los días son el día de la madre o del padre, pero si fuese así no se podría vivir. Por eso es importante visibilizar ciertas fechas representando los vínculos. En el caso de Navidad y Año nuevo, estos representan la unión familiar: juntarnos con quienes más queremos. Es pasarla bien, unirse con la gente que querés, que te saca una sonrisa o gente divertida. Es el momento del año en que todos hacemos el esfuerzo de ponerle onda y dejamos un ratito los problemas de costado. Es la fecha para entender lo importante que son los primos, hermanos, abuelos, pareja o amigos.

 

¿Y qué se puede “aprender” de estos momentos de celebración?

Se aprende mucho. Por ejemplo, en una cena entre todos, en la que cada uno lleva algo y comparte, se aprenden valores como la colaboración. Es un momento en el que cada uno aporta lo que puede, comparte, obsequia, recibe regalos… Porque, ¿a quién no le gusta abrir un paquetito y ponerse contento cuando ve que alguien pensó en uno? Es dar, recibir y compartir.

 

Muchas veces estos encuentros también son momentos de discusiones o tensiones, ¿Cuál es tu consejo para lograr la armonía?

También, al ser más personas, es muy común que aparezcan los “pases de factura” entre parientes o que salgan “los trapitos al sol”, porque siempre hay algún roce o uno hace algo que al otro no le gusta. Todo este tipo de circunstancias, con un poco de alcohol, pueden salir a la luz. Por eso siempre sugiero que no abusen del alcohol porque puede potenciar ese tipo de roces.

 

¿Y los balances de año? ¿Qué tanto pesan para vos? ¿Qué lugar le damos?

Para mí los balances del año son necesarios y están buenos. Pero ojo: no a modo de reproche, de “esto no lo cumplí”, sino a modo de “lo que no cumplí este 2022, lo voy a cumplir en 2023; y sino puedo, voy por el 2024”. Son proyectos personales que están buenos que se cumplan. Y no es que si no llegaste a cumplirlo antes del 31 de diciembre ya fue. No. El año lo que hace es organizar a las personas, pero no es que el 31 termina el mundo y el primero de enero arranca uno nuevo. Esta organización hace que podamos vivirlo como una posibilidad de tachar pendientes, de un nuevo amanecer, un nuevo renacer.