Comer en la oficina: 5 claves para una vianda saludable
Salud

Comer en la oficina: 5 claves para una vianda saludable

Un repaso por los puntos que no pueden faltar en tu check-lists para organizar correctamente tu almuerzo.

 

Hace unas semanas hablamos sobre la importancia de planificar y alimentarnos de manera saludable si hacemos home office. Pero, ¿qué pasa con los que trabajan fuera de casa? La realidad es que los desafíos son los mismos: ordenarse en la alimentación es el punto principal para no caer en las soluciones prácticas, rápidas y de mala calidad.

Si sos de ese grupo, a continuación compartimos algunos consejos claves para que no termines llamando al delivery, en el picoteo o, aún peor, salteando el almuerzo.

 

#1. Armá un menú completo

Es fundamental que esta comida sea completa y nutritiva para que tengamos un óptimo rendimiento el resto del día. Para eso, el recipiente debería contener proteínas de origen animal o vegetal –macronutrientes fundamentales dentro de una dieta saludable–, variedad de verduras crudas o cocidas –ideal que ocupen la mitad del recipiente– y frutas.

También es importante almorzar liviano: esto te va a permitir seguir con energías durante todo el día, sin sentir cansancio excesivo luego de almorzar.

En ese sentido, la nutricionista Paola Aira (MN 7807) destaca que mediante preparaciones simples incorporando frutas, verduras, carnes y lácteos, se establece un hábito: idealmente, la alimentación saludable que llevamos en casa debe repetirse en la oficina y en todos los ámbitos a los que vayamos, para que así se puedan sostener esos hábitos a largo plazo.

 

#2. Organizate con tiempo

Lo primero y más importante es pensar qué comés o qué te gustaría comer. Incluso, podés pensar el menú para todos los días y así también organizar las compras con mayor anticipación. Luego, aprovechá el fin de semana para cocinar y sacarle el máximo jugo al meal prep.

Si preferís ir día por día, lo ideal es prepararlo todo el día anterior y guardarlo en la heladera. Esto te va a ayudar a no estar a las corridas o preparando el almuerzo mientras desayunás.

Las verduras o legumbres de lata son buenos aliados si no disponemos de alimentos frescos o nos falta tiempo. Pero ojo: tienen que lavarse bien bajo el chorro de agua fría para sacarles parte de la sal agregada y aditivos.

 

#3. Reiventá la cena

Si lo tuyo no es el meal prep y la planificación a largo plazo, otro camino válido para ahorrar tiempo es cocinar en mayor cantidad la noche anterior. Luego, freezá en porciones para hacer las viandas a medida que sea necesario. Probá en agregar algunos alimentos nuevos para crear un plato diferente e, incluso, varias opciones.

 

#4. Dónde guardar la vianda

Es muy importante tener presente las condiciones de conservación y la cadena de frío desde casa hasta la oficina. Podés llevarlo en una heladerita conservadora o con algunos bloques de hielo. Luego, guardá la vianda en la heladera del trabajo.

Otro consejo es condimentar la comida en el momento y no hacerlo en casa porque va a alterar el sabor. Podemos llevarnos el condimento aparte en un frasco.

 

#5. Sumá colaciones

Más allá del almuerzo, también es importante que sumes diferentes colaciones saludables, que sean prácticas y nutritivas. Por ejemplo, podés llevar frutos secos como nueces o almendras, granola, fruta, yogur, huevo duro para consumir a media mañana o media tarde.

Y, como decimos siempre, ¡mucha agua para estar bien hidratados! Puede ayudarte tener una botella o una jarra en el escritorio.

 

#Bonustrack: algunas ideas

En nuestra sección Cómo lo hago podés encontrar un montón de recetas para solucionar la vianda, pero acá te dejamos algunas de nuestras favoritas: